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EDUCACION ESPECIAL

Vínculo

Vínculo niño-familia

El niño no se encuentra sólo en contacto con una persona que lo cuida, sino que por el contrario, suele vivir dentro de  grupos más amplios en los cuales se socializa. El principal de estos grupos sociales y el más inmediato es la familia quien cumplirá distintas funciones a lo largo del desarrollo del niño. Entre estas se puede mencionar:  sostenedora, nutricia, socializadora, etc.

Dentro del grupo familiar el niño va forjando diversas relaciones vinculares con los distintos miembros del grupo (madre, padre, abuelos, tíos, hermanos). Cada relación vincular posee distintas características y cualidades. Será objetivo de este artículo analizar los aportes de diversos autores sobre el vínculo niño-familia.

El autor Juan Delval plantea que, durante los primeros meses de vida, el niño se encuentra sobre todo en contacto con su madre. Ésta establece un vínculo inicial con el niño por haber sido ella quien lo ha llevado en su interior y más tarde por ser la que se ocupe de saciar las distintas necesidades del recién nacido. El padre, por el contrario, deberá establecer un vínculo luego del nacimiento del niño, siendo una figura de gran importancia en edades avanzadas del desarrollo, luego del período de lactancia. Este autor nos dice que el padre también es capaz de cuidar a su hijo en la primera fase de su vida, ya que estudios han demostrado que el padre es capaz de reconocer lo que el niño necesita a partir del sonido de su llanto. El hecho de que el padre no se encargue de su hijo tanto como la madre, dice el autor, pareciera responder más a una convención social que a otro hecho.

En relación al vínculo padre-niño,  su tardía formación, y los límites que pone el padre desde su rol, la autora Alejandra Meza plantea que, en muchos casos el padre suele sentirse desplazado de la relación que madre e hijo mantienen. La madre suele conocer mucho más a su hijo debido a la gran  cantidad de tiempo que ésta comparte con su niño.  En este contexto, el rol del padre gana protagonismo a través de la disciplina y el límite:

“En el trascurso de la cena Pedro (4años de edad) se notaba inquieto, comenzó a jugar con la comida y el mantel lo cual provoco que este tirara el vaso con gaseosa. Inmediatamente el padre que estaba observando la situación llamó la atención a su hijo con un tono de voz fuerte y delante de toda su familia. El niño miró a su padre y bajo la vista en señal de vergüenza”

Muchos autores, entre ellos Freud, han considerado al padre como una figura esencial en el diciplinamiento del niño. La teoría psicoanalítica considera al padre y a lo límites que éste imparte a su hijo como elementos de importancia en la constitución del llamado Súper Yo. Éste estaría conformado a partir de la interiorización de normas sociales marcadas por la familia y más tarde por el ingreso del niño a la institución escolar. La comprensión de lo correcto y lo no correcto por parte del niño, además de los límites impuestos por el padre, darían como resultado, según Freud, la instancia Súper Yo.

 También es necesario nombrar la importancia de la figura materna y el desempeño de su rol, en el desarrollo del niño, no sólo en la función de alimentación sino también de proporcionar seguridad, estímulo y afecto.

En determinadas situaciones parece que el apego del niño es más intenso en un progenitor que con otro. Por ejemplo: en situaciones en la que el niño manifiesta mucha ansiedad o malestar este prefiere a la madre mientras que en situaciones de juego prefiere al padre. Es decir, el niño mantiene con la madre un vínculo de contacto físico más evidente mientras que con el padre se relaciona a través del juego pero de manera más distante:

“Juan (5 años de edad) y su padre juegan a con una pelota, la patean, arman un arco improvisado utilizando dos remeras. Juan se muestra alegre, corre de un lado hacia el otro en busca de la pelota, la patea, se la alcanza a su padre. Juan y su padre se “pelean” por la pelota en un intento por tomarla. El padre de Juan lo empuja (en forma de juego), ambos se ríen, se muestran alegres, el padre hace cosquillas a su pequeño hijo. El padre (sin darse cuenta) golpea al niño en la cabeza .Juan se muestra molesto, apunto de llorar. La madre de Juan interrumpe el juego, llama la atención al padre diciendo: “vas a lastimarlo”, toma al niño acariciándolo y rodeándolo con sus brazos. Delicadamente saca los pastos de la ropa del pequeño y lava sus manos con el agua de una botella”.

Parke dice que desde muy temprano se produce una diferenciación de las funciones entre el padre y la madre, de tal forma que ésta se ocupa sobre todo de la alimentación y el cuidado general del bebe, mientras que el padre tiene una mayor participación en el juego. Se señala que hay formas distintas de contacto entre el padre y el niño y entre la madre y la niña. El padre mantiene contacto físico con el niño y propone juegos más violentos, bruscos, físicos y estimulantes, mientras que el juego con la madre es más didáctico y utiliza más objetos.

 

Noelia Fernandez. Dargibel Nair

VÍNCULO NIÑO GRUPO DE PARES

 La importancia del vínculo con los otros, de las relaciones sociales, radica en que permite al individuo constituirse como un ser social.

El niño pequeño, a través de la relación con sus pares, comenzará un proceso paulatino de independencia y autonomía  de sus padres. Este progresiva autonomía le permitirá integrarse y adaptarse a nuevos y desconocidos ambientes como también adquirir capacidades y habilidades para la comunicación social.

El juego es una actividad imprescindible para el crecimiento sano del niño y ocupa un lugar fundamental en su desarrollo. Para Vigotsky “el juego es una actividad social” con la cual el niño aprende a vincularse y a cooperar con los otros.

 Ej.: “después de observarlos por un rato, el niño se incorpora en el juego de los otros dos nenes. Comienza a correr al lado de ellos y les pregunta a qué juegan”.

De esta manera participará de juegos colectivos e integrándose a su grupo de pares desarrollará la capacidad de establecer vínculos con otros niños, de aceptar y ser aceptado por ellos.

 Ej.: “el nene corre hasta donde está su mamá y le pide una bolsa con distintos juguetes, saca de ella un muñeco y dinosaurios, luego se los muestra a los otros dos niños.”

 La inserción en el  grupo de pares, a su vez, actuará como regulador de la conducta del niño por medio del establecimiento de normas, de modo tal que quien no se ajuste a ellas será sancionado explícitamente.

 Ej.: “Juan se enoja y se lo hace sentir a sus amigos, se observa que Juan quiere ganar a toda costa por eso hace trampa e inventa una excusa para hacer una nueva tirada de dados. Sus amigos notan que Juan hace trampa y comienza la discusión”. 

 Así mismo, podrá desarrollar sentimientos de competencia y capacidad realistas, esto significa que podrá recabar información tanto de sus habilidades como de sus dificultades, destacando en éstas nuevas estrategias de desafío.

 Ej.: “se acerca un niño conocido por las niñas, ya que Emma lo llama por su nombre y le pide que la ayude a subir, el niño le abraza las piernas, la ayuda a pasar por el agujero y luego pasa él sin dificultad.”

El niño deberá tener motivación externa e interna para aprender los conocimientos que se pretenden para su desenvolvimiento en el mundo adulto. Deberá también regular su conducta conforme al contexto en el que se encuentra y adecuarse a normas sociales, para progresivamente ir siendo capaz de integrar los distintos puntos de vista en sus reflexiones. 

El niño en interacción con los pares, demuestra una relación de simetría, la cual le permitirá un adecuado desarrollo social y ocupar un lugar dentro del grupo. Estas relaciones pueden ser: cooperación, competencia, dependencia, entre otras. Desde temprana edad, hay relaciones que comienzan a evidenciarse : son la amistad y la agresión.

Ej.: “los niños se trasladan hacia una rueda que hay en el centro de la plaza y comienzan a correr alrededor de los juegos, mientras que el niño observado se enoja con uno de sus compañeros y lo empuja:”

En general, durante el juego prevalece una preferencia en jugar con niños del mismo sexo, lo que se debe, según Delval, a consolidar las conductas típicas de los niños y las niñas, que permitirá afirmar la identidad de cada uno.

Ej.: “Luego se observa a Emma y dos de sus compañeras en la casita de madera (adentro hay una mesa, sillas, juegos de cocina, un teléfono, muñecas, etc.) allí la comunicación es más fluida y todas participan, la charla es específica de la comida que están preparando.”María José Cadau

Natalia Comaschi

 

VÍCULO MADRE-HIJO ...” Una mujer, nuestra madre, es el primer ser con quien entramos en contacto…”

La denominada “formación del vínculo” fue una teoría introducida por los pediatras Kennell y Klaus a finales de los años setenta. Señalaba la importancia vital que tiene el contacto del niño recién nacido, no sólo con su madre, sino también con su padre, entre las pocas horas de nacido y los primeros días de vida

La relación entre la madre y el hijo es compleja e implica numerosos intercambios de las dos partes.

Desde que el niño está en el vientre la madre empieza a relacionarse con él: siente sus movimientos, sus pataditas, le habla y comienza a pensarlo e imaginarlo. Posteriormente cuando el bebé nace, la madre tendrá la necesidad de tenerlo en sus brazos, de contemplarlo, acariciarlo, mecerlo y protegerlo. El contacto corporal, el intercambio de miradas y sonrisas entre la madre y el bebé, sumadas a las expresiones de afecto, irán formando el vínculo madre-hijo. Este lazo será la base sobre la cual se desarrollarán los demás vínculos que establecerá el ser humano a lo largo de vida.

Según Harlow y Harlow (1966) distinguen en la diada madre- hijo dos sistemas afectivos: por un lado el sistema afectivo maternal o materno-filial, es decir las relaciones que se establecen entre la madre y el  niño y por el otro, el sistema afectivo filio- maternal.  Este sistema afectivo-maternal es la relación que  se establece entre el niño y la madre y  hay que considerar separadamente, porque no es una relación simétrica sino una relación que puede considerarse como recíproca.

…” Santi llorisquea, su madre le prepara una mamadera, llora, la mama intenta calmarlo, le juega, le canta, él la mira atenta, pero al instante llora de nuevo. Toma la mamadera en brazos de la mamá, ella le habla y acaricia su cabello, Santi mira atento y le sonríe con la mamadera en la boca, con su mano toca el pecho de su madre, la madre festeja…” 

El vínculo se desarrolla como consecuencia de las repuestas de la madre ante las conductas innatas del niño. Desde que él nace, empieza a interactuar con la madre a través del contacto piel a piel, las miradas y la interacción entre ambos en el momento de la lactancia.

…”Al estar en brazos de su madre el niño se sentía molesto, llora y se quejaba, entonces su mamá, comienza a darle el pecho, mientras lo hacia lo acariciaba, acomodaba su ropa, le cantaba…”

…” se puede observar que la niña comienza a buscar el pecho de su madre, la acaricia y finalmente su madre comienza a amamantarla. Durante este momento la comunicación visual que se establece en la diada es positiva. Ambas madre- niña se miran. La niña responde a la mirada de su madre y la madre responde a la mirada de su hija…”

El bebé empieza a reconocer y diferenciar a la persona que lo acompaña y lo cuida siempre.  Posteriormente mostrará preferencia por ella, estará contento con su compañía y se disgustará en su ausencia. Éstas son las manifestaciones que indican el desarrollo de la relación entre la madre y su hijo, que ejerce una influencia selectiva sobre determinadas potencialidades del niño, constituyéndose, a través de la respuesta del niño, de caricias, de risas, de la voz, etc., la conducta de apego: Se inicia una díada que permitirá que se desarrollen las características de su personalidad.

…luego de unos minutos Juana se aleja unos metros, sin embargo necesita  tener un seguimiento visual de su madre. Cuando ésta se levanta a tirar unos papeles al cesto de la basura (ubicados unos pasos mas allá de la silla que ocupaba) Juana se molesta, llorizquea y corre hasta su madre…”